El Abad Ferran con un postulante caminaban a la huerta a por acelgas para la cena. Ferran notaba al chicarrón triste,serio, poco hablador...
- Jordi, no se si estas enfermo o tienes alguna preocupación que te quita la alegría.
Padre, estoy hecho un manojo de líos, como dice creo que la Sta. de Avila, vivo sin vivir en mi, llevo tres meses en la abadía y creo que cada mes me enamoro de un compañero; pienso que tendré que regresar a casa o me volveré loco.
- Jordi a tu edad eso es normal, lo extraño sería que tu corazón fuera una estopa. Lo que te ocurre es muy serio y muy importante.
- Mira Jordi la vida monástica igual que la vida de un cristiano seglar no es esconderse,refugiarse. La cerrazón es una opción de muerte. Negarnos a amar es "caminar en tinieblas" (1 Jn 2,11), "permanecer en la muerte" (1Jn 3,14). El amor, el afecto,el cariño no se puede esconder por que es apertura a la vida, a los demás y al mismo Dios.
Ufff que alivio, siga padre porfa.
- Cuando el corazón lo tenemos cerrado, nos cierra la mente. Y Cuando el corazón y mente están cerrados no hay sitio para Dios.
Ya hemos llegado al tajo, Jordi a trabajar y no olvides que Dios es Amor.
fr. Bernardo YOEL.cg. Valencia.España