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Los falsos profetas

(2 mensajes)
  1. HPMARTIN
    Miembro

    EL PROCESO DE ACEPTACIÓN COMO HOMOSEXUAL
    Queridos hermanos:
    Estamos en tiempos de crisis, y turbulentos en los que se nos bombardea con toda clase de propuestas, ideologías, proyectos de vida y sobre todo se nos invita a consumir, consumir y más consumir.
    El evangelio de hoy, si no he leído mal en internet, nos exhorta a guardarnos de los falsos profetas. Sobre la homosexualidad se han dicho tantas y tan variadas opiniones, que al final el homosexual si no tiene serenidad y la claridad suficiente corre el riesgo de estar dando palos de ciego durante toda su vidal, no encontrarse con su verdadero yo, condición o tendencia homosexual.
    La sociedad de consumo nos invita a tener, a poseer, a coger a aquellos que queremos de una forma inmediata y automática. La satisfacción inmediata es lo que se busca, aquello que conseguimos pronto es lo realmente bueno para nosotros.
    El ambiente está lleno de antros, tugurios en los que se busca la la satisfacción sexual de forma inmediata. Muchos de los homosexuales de nuestro entorno viven su condición sexual de esta forma. El resultado psicológico de todo esto es ansiedad, depresiones o como dijo un joven hace años en televisión hablando de los cuartos oscuros: “Cuando salgo de allí me siento como una zapatilla vieja a la que han utilizado y posteriormente se tira “. Con este tipo de experiencias no se llega a aceptar nunca la homosexualidad, nuestra condición, más bien lo contrario, pues en aquellas personas que tienen problemas de autoaceptación estas experiencias agudizan el problema aún más.
    A mi pareja y a mí nos gusta ir a tomar una cerveza a algunas de las terrazas de Chueca y observando la gente que pasa, se ven a muchos homosexuales maduros solos que se dirigen a uno de estos antros a satisfacer sus tendencias. Hablando con muchos de ellos se percata uno de la soledad tan angustiosa en la que viven, solos si, su vida no ha sido fácil y sus luchas, muchas veces turbulentas, no les ha permitido autoaceptarse y vivir en plenitud su condición sexual.
    Mi proceso de autoaceptación no ha sido fácil, en este proceso me he creído muchas milongas, he hecho caso a gente enferma, con un concepto de sexualidad negativo. Para mí estos son los falsos profetas, aquellos que infunden el miedo, el engaño, bajo el pretexto de una concepción de la sexualidad prototípica de los sectores más rancios de la Iglesia Católica. Con ello no estoy atacándola, pues me he encontrado con gente bien amueblada que en este proceso me ayudó.
    En el proceso de autoaceptación distingo dos etapas: la primera que consiste en tomar conciencia de que eres maricón. Cuanta gente me he encontrado en mi vida que habiendo tenido experiencias homosexuales se han casado con una mujer. Al final se dan cuenta que se han puesto una soga al cuello y han destrozado su vida, y no solo su vida, sino la de la mujer con la que se han casado a la que han engañado y faltado al respeto de forma tan manifiesta. La segunda etapa, está en la aceptación, en el no sentir vergüenza de lo que se es, en vivir con gozo la orientación homosexual. Aquí es donde se encuentra el núcleo, la esencia de la aceptación homosexual. En este proceso es donde se producen las mayores turbulencias, inseguridades, crisis de ansiedad, patologías mentales como neurosis obsesivas o depresiones. Los homosexuales no se sienten motivados por nada, no luchan, no cogen el toro por los cuernos, dejándose llevar por la inercia de la vida y no desarrollando su identidad sexual y por lo tanto negando su capacidad de amar.
    Hay muchas ofertas hermanos, muchas ideologías, se nos invita a consumir. Por ahí no está la paz. La paz se encuentra en el gozo de amar y ser amado y esto se logra en un proceso lento. Lo demás son mentiras, milongas que hemos de rechazar. Una vez que me asumí la vida tomó otro color: hoy lucho, hoy estoy motivado y hoy vivo cada momento en plenitud pues mi vida es una unidad.
    Un abrazo
    HILARIO

    Publicado hace 9 años #
  2. Bernardo Yoel
    Miembro

    La vejez es contagiosa, sin darnos cuenta la tenemos encima, es una de las muchas cosas que se asumen con dificultad. La amistad se hace poco a poco y hemos de cuidarla para no encontrarnos en la vejez como los homosexuales que ves por Chueca.

    Ciertamente que llega un momento en que sin darnos cuenta nos encontramos en un umbral. Detrás de nosotros se ha cerrado una puerta y te quedas en el umbral de la que ahora se nos abre a las personas mayores. Llega un momento en que algo muere y sólo las manos tendidas a los demás,homosexuales y vencidos por la vida, por ejemplo, podrá renovarnos,consolarnos y caminar por la nueva senda.
    Ama y atraviesa sin miedo y con alegría el umbral. Te abrirás a una nueva vida insospechada.

    fr, bernardo yoel, valencia

    Publicado hace 9 años #

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