El Papa ha pedido "la luz para escuchar a Dios y el clamor del pueblo", y sobretodo la "disponibilidad a confrontarnos de forma sincera, abierta y fraterna. Francisco también ha pedido a los obispos "disponibilidad a un diálogo sincero,abierto y fraterno, que lleve con responsabilidad pastoral,, a dar respuestas a los interrogantes del cambio de época. El sínodo sobre la familia ha de ser una puerta abierta para descubrir que quiere Dios de nuestra Iglesia.
No han faltado respuestas públicas, rápidas y sin tapujos como la del cardenal Franc Rodé al afirmar que "Francisco es excesivamente de izquierdas". Para los sectores más conservadores de la iglesia, el Sínodo puede ser una entrada de aire fresco que nos constipe a todos, como ocurrió con el Vaticano segundo hace 50 años. De hecho el cardenal Müller (prefecto de la doctrina de la fe, Sto. oficio) con cuatro cardenales más, han escrito un libro donde de alguna manera se rechaza cualquier abertura de la iglesia.
El Obispo de Roma consciente de estos sectores conservadores, está seguro que es con "el gozo del Evangelio construiremos una iglesia reconciliada y misericordiosa,pobre y amiga de los pobres, con capacidad para vencer con paciencia y amor,las dificultades que vengan,tanto de dentro como de fuera. Iglesia ha de tener valentía para afrontar y dar respuesta a los interrogantes de nuestro tiempo, si o se quiere que la iglesia quede encadenada el pasado.
Creo que el Papa Francisco tiene un grave problema dentro del aula sinodal cuando en respuesta al papa el día 8 los obispos reiteraron "la imposibilidad" de reconocer el matrimonio homosexual aunque pidieron un trato "no discriminatorio" hacia ellos y una actitud de "escucha". " Reiterando la imposibilidad de reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo,los padres sinodales subrayan la necesidad de un enfoque respetuoso y que no discrimine a los homosexuales, informó el vaticano en un comunicado.
Me llama la atención la cantidad de contradicciones con bonitas palabras salen del aula, incluso algunas me indignan, como que no nos discriminen, ¡ señores míos si lo han hecho toda la vida !. ¿Que nos escuchen, si no han escuchado la voz de los católicos homosexuales en el aula? si antes de escuchar ya condenan...esto terminara con más de los mismo.
bernardo Yöel. Valencia