POR ESTA RAZON EL HOMBRE DEJARA A su PADRE Y A su MADRE Y SE UNIRA A SU MUJER, Y LOS DOS SERAN UNA SOLA CARNE.
En esta cita de Mateo 19,5 el evangelista hace referencia a lo que es esencial a todo ser humano: formar una familia, un hogar que sea descanso, lugar de reposo, de encuentro con la pareja y a la vez una trampolín para enfrentar la vida alejado de la soledad, pues como dice la Escritura en otra cita no es bueno que el hombre esté solo.
Título I. De los derechos y deberes fundamentales
Capítulo tercero. De los principios rectores de la política social y económica
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Artículo 39
1. Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia.
2. Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. La ley posibilitará la investigación de la paternidad.
Reflexionado sobre este tema: el derecho a formar una familia, mis pensamientos se han dirigido por dos sendas; una, el derecho a formar una familia de los jóvenes; y otra, el derecho a formar una familia de los homosexuales.
Respecto al primer punto o aspecto, en mi experiencia como profesor del ciclo superior de FP me encuentro con los jóvenes de los barrios obreros de Madrid. Mi experiencia del año anterior fue la de unos alumnos trabajadores al máximo, con inquietud y yo afirmaría que más nobles que los de mi generación, cuando teníamos de 19 a 25 años.
Muchos de mis alumnos compaginaban sus estudios con trabajos en Mcdonall, los fines de semana en centros comerciales o como camareros con unos contratos a tiempo parcial irrisorios. Su preocupación, muchos de ellos en pareja, era la de formar una familia, salir e independizarse de sus padres y encontrar un trabajo que se lo permitiera. Los contratos que les ofrecían después de hacer las prácticas era de 1/3 de jornada, de ocho o nueve horas a la semana con unos sueldos bajísimos, es decir el modelo contractual alemán: los mijijobs. Pero mientras en Alemania, Francia, Países Bajos , Nórdicos se trabaja el tiempo que dura el contrato y ni un minuto más, aquí se alargan las jornadas laborales sin recompensa alguna y la jornada por la que se los contratan no se adecua a la realidad de lo realmente trabajado. Ofertas de trabajo motivadas por la crisis: la patronal, aprovechando la coyuntura, propone más flexibilidad laboral y a rio revuelto ganancia de pescadores. El resultado es que los jóvenes tienen que seguir viviendo con sus padres durante mucho tiempo porque sus puestos de trabajo no les permiten vivir por su cuenta de forma autónoma e independiente
Nuestra Constitución establece como he citado anteriormente que los poderes públicos aseguran la protección social económica y jurídica de la familia.... Al respecto me pregunto: ¿no será inconstitucional este tipo de contratación que no solo limitan sino que anulan el derecho a formar una familia?. Por otra parte, y en este tema no entro, pues sería tema de otro artículo, los mayores de 45 años que con su conyugue e hijos tienen que regresar a vivir con sus padres porque si trabajan( los que no están en el paro), no tienen suficiente dinero para sobrevivir: el colchón familiar del PP. El resultado es que los jubilados están manteniendo y soportando al final el sufrimiento de la crisis ¿ No será esto otro motivo de inconstitucionalidad?
Por otra parte he pensado sobre el matrimonio homosexual. Los homosexuales también participamos de esta injusticia. Conozco a parejas gay que está uno de los dos en el paro o los dos, pasándolo francamente mal.
Analizando la situación desde el punto de vista económico voy a analizarlo desde el punto de vista de los afectos. Hemos visto como están resurgiendo posturas homófobas, muchas de ellas alentadas por la jerarquía católica y nuestra conferencia episcopal encabezada hasta hace unos meses por el cardenal Rouco Varella oponiéndose al matrimonio homoesexual considerándola como una relación antinatura.
Con esto se nos está negando el derecho a amar, el derecho de vivir nuestra afectividad, el derecho de formar nuestro hogar en el que ubicarnos en la realidad que nos rodea. Por otra parte se nos están negando los derechos civiles y sociales que la familia tiene. Los homosexuales que vivimos en pareja tenemos la misma problemática que las parejas heterosexuales: tenemos que pagar la casa, el agua, la luz…. Los que han adoptado la educación de sus hijos. También nos quedamos viudos y en el paro y nos ponemos enfermos y la nómina no llega hasta el fin de mes. También tenemos derecho a manifestamos socialmente como somos. Señores Obispos, sector ultraconservador: no nos condenen a la muerte civil y social.
Un abrazo
HILARIO