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Archivo para Domingo, 18 de enero de 2015

Éste es el Cordero de Dios.

Domingo, 18 de enero de 2015
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En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos

y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:

–¡Mirad, ese es el Cordero de Dios!

Los dos discípulos de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús.

Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:

–¿Qué estáis buscando?

Ellos dijeron:

–Maestro, ¿dónde vives?

Jesús les contestó:

–Venid a verlo.

Fueron, pues, y vieron dónde vivía;

y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.

*

Juan 1, 35-39

Agnus
***

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“Aprender a vivir”. 2º Tiempo Ordinario – B (Juan 1,35-42)- 18 de enero 2015

Domingo, 18 de enero de 2015
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793780-300x232Venid y lo veréis

Los discípulos preguntan a Jesús: Maestro, ¿dónde vives? ¿Cuál es el secreto de tu vida? ¿Qué es vivir para ti?

Jesús les responde directamente: Venid y lo veréis. Haced vosotros mismos la experiencia. No busquéis información de fuera. Venid a vivir conmigo y descubriréis cómo vivo yo, desde dónde oriento mi vida, a qué me dedico y qué es lo que me hace vivir así.

Solo conviviendo con Jesús aprenderemos a vivir como él. Este es el paso decisivo que hemos de dar. Esto es entrar en el camino de Jesús.

***

El evangelista Juan ha puesto un interés especial en indicar a sus lectores cómo se inició el pequeño grupo de seguidores de Jesús. Todo parece casual. El Bautista se fija en Jesús que pasaba por allí y les dice a los discípulos que lo acompañan: «Este es el Cordero de Dios».

Probablemente, los discípulos no le han entendido gran cosa, pero comienzan a «seguir a Jesús». Durante un tiempo, caminan en silencio. No ha habido todavía un verdadero contacto con él. Están siguiendo a un desconocido y no saben exactamente por qué ni para qué.

Jesús rompe el silencio con una pregunta: «¿Qué buscáis?» ¿Qué esperáis de mí? ¿Queréis orientar vuestra vida en la dirección que llevo yo? Son cosas que es necesario aclarar bien. Los discípulos le dicen: «Maestro, ¿dónde vives?» ¿Cuál es el secreto de tu vida? ¿Qué es vivir para ti? Al parecer, no buscan conocer nuevas doctrinas. Quieren aprender de Jesús un modo diferente de vivir. Quieren vivir como él.

Jesús les responde directamente: «Venid y lo veréis». Haced vosotros mismos la experiencia. No busquéis información de fuera. Venid a vivir conmigo y descubriréis cómo vivo yo, desde dónde oriento mi vida, a quiénes me dedico, por qué vivo así.

Este es el paso decisivo que necesitamos dar hoy para inaugurar una fase nueva en la historia del cristianismo. Millones de personas se dicen cristianas, pero no han experimentado un verdadero contacto con Jesús. No saben cómo vivió, ignoran su proyecto. No aprenden nada especial de él.

Mientras tanto, en nuestras iglesias no tenemos capacidad para engendrar nuevos creyentes. Nuestra palabra ya no resulta atractiva ni creíble. Al parecer, el cristianismo, tal como nosotros lo entendemos y vivimos, interesa cada vez menos. Si alguien se nos acercara a preguntarnos: «dónde vivís», «qué hay de interesante en vuestras vidas», ¿cómo responderíamos?

Es urgente que los cristianos se reúnan en pequeños grupos para aprender a vivir al estilo de Jesús escuchando juntos el evangelio. Él es más atractivo y creíble que todos nosotros. Puede engendrar nuevos seguidores, pues enseña a vivir de manera diferente e interesante.

José Antonio Pagola

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“Vieron dónde vivía y se quedaron con él”. Domingo 18 de enero de 2015. 2º domingo de tiempo ordinario

Domingo, 18 de enero de 2015
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11-ordinario (B) cerezoLeído en Koinonia:

1Samuel 3,3b-10.19: Habla Señor, que tu siervo escucha.
Salmo responsorial: 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
1Corintios 6,13c-15a.17-20: Vuestros cuerpos son miembros de Cristo.
Juan 1,35-42: Vieron dónde vivía y se quedaron con él

La primera y la tercera lecturas se complementan presentándonos el tema de «la vocación»: la vocación del pequeño Samuel en la primera, y la vocación o el llamado de Jesús a sus primeros discípulos.

El libro de Samuel nos presenta la infancia del joven Samuel en el templo al cual fue consagrado por su madre en virtud de una promesa. El niño duerme, pero una voz lo llama. Creyendo que es la voz de su maestro Elí, con ingenua obediencia se levanta el niño tres veces en la noche acudiendo a su llamado. Samuel no conoce aún a Yahvé, pero sabe de la constancia en la obediencia, y sabe acudir al llamado, una vez más, aun cuando en las primeras ocasiones le parecía haberse despertado en vano. Elí comprendió que era Yahvé quien llamaba al niño y le enseñó entonces a crear la actitud de escucha: “Habla señor, que tu siervo escucha”.

La vida actual está llena de ruido, palabras que van y vienen, mensajes que se cruzan y con frecuencia los seres humanos perdemos la capacidad del silencio, la capacidad de escuchar en nuestra interioridad la voz de Dios que nos habita. Dios puede continuar siendo aquel desconocido de quien hablamos o a quien afirmamos, creer pero con quien pocas veces nos encontramos en la intimidad del corazón, para escuchar contemplativamente.

Este texto sobre Samuel niño se ha aplicado muchas veces al tema de la “vocación”, palabra que, obviamente, significa “llamado”. Toda persona, en el proceso de su maduración, llega un día –una noche- a percibir la seducción de unos valores que le llaman, que con una voz imprecisa al principio, le invitan a salir de sí y a consagrar su vida a una gran Causa. Esas voces vagas en la noche, difícilmente reconocibles, provienen con frecuencia de la fuente honda que será capaz más tarde de absorber y centrar toda nuestra vida. No hay mayor don en la vida que haber encontrado la vocación, que es tanto como haberse encontrado a sí mismo, haber encontrado la razón de la propia vida, el amor de la vida. No hay mayor infortunio que no encontrar la razón de la vida, no encontrar la Causa con la que uno vibra, la Causa por la que vivir (que siempre es, a la vez, una causa por la que incluso merece la pena morir).

Pablo, en su carta a los corintios, nos recuerda que el cuerpo es templo, y que toda nuestra vida está llamada a unirse a Cristo, por lo que es necesario discernir en todo momento, qué nos aleja y qué nos acerca al plan de Dios. Por que la relación con Dios, no hace referencia solamente a nuestra experiencia espiritual sino a toda la vida: el trabajo, las relaciones humanas, la política, el cuidado del cuerpo, la sexualidad… En todo momento en cualquier situación debemos preguntarnos si estamos actuando en unidad con Dios y en fidelidad a su plan de amor para con todo el mundo.

En el evangelio de hoy, Juan nos relata en encuentro de Jesús con los primeros discípulos que elige. Es un texto del evangelio, obviamente simbólico, no un relato periodístico o una “crónica” de aquellos encuentros. Todavía, algunos de los símbolos que contiene no sabemos interpretarlos: ¿qué quiso Juan aludir, al especificarnos que… “serían las cuatro de la tarde”? Hemos perdido el rastro de lo que pudo tener de especial aquella hora concreta como para que Juan la detalle.

Dos discípulos de Juan escuchan a su maestro expresarse sobre Jesús como el “cordero de Dios”, y sin preguntas ni vacilaciones, con la misma ingenuidad que el joven Samuel que hemos contemplado en la primera lectura, «siguen» a Jesús, es decir, se disponen a ser sus discípulos, lo que conllevará un cambio importante para sus vidas. El diálogo que se entabla entre ellos y Jesús es corto pero lleno de significado: “¿Qué buscan?”, “¿Maestro donde vives?”, ”Vengan y lo verán”. Estos buscadores desean entrar en la vida del Maestro, estar con él, formar parte de su grupo de vida. Y Jesús no se protege guardando las distancias, sino que los acoge sin trabas y los invita nada menos que a venir a su morada y quedarse con él.

Este gesto simbólico se ha comentado siempre como una de las condiciones de la evangelización: no basta dar palabras, son precisos también los hechos; no sólo teorías, sino también vivencias; no «hablar de» la buena noticia, sino mostrar cómo la vive uno mismo, en su propia carne estremecida de gozo. O sea: una evangelización completa debe incluir una visión teórica, pero sobre todo tiene que ser un testimonio. El evangelizador no es un profesor que da una lección, sino un testigo que ofrece su propio testimonio personal. El impacto del testimonio de vida del maestro, conmueve, transforma, convence a los discípulos, que se convierten en testigos mensajeros.

Seguir a Jesús, caminar con él, no puede hacerse sino por haber tenido una experiencia de encuentro con él. Las teorías habladas –incluidas las teologías–, por sí solas, no sirven. Nuestro corazón –y el de los demás– sólo se conmueve ante las teorías vividas, por la vivencia y el testimonio personal.

En la vida real el tema de la vocación no es tan fácil ni tan claro como lo solemos plantear. La mayor parte de las personas no pueden plantearse la pregunta por su vocación, no pueden «elegir su vida», sino que han de aceptar lo que la vida les presenta, y no pocas tienen que esforzarse mucho para sobrevivir apenas. El llamado de Dios es, ahí, el llamado de la vida, el misterio de la lucha por la sobrevivencia y por conseguirla del modo más humano posible. Este llamado, la «vocación» vivida en estas difíciles circunstancias de la vida, son también un verdadero llamado de Dios, que debemos valorar en toda su dignidad. Leer más…

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Dom 18. 1. 15. “Samuel, voz de juicio y cambio en la noche del templo”

Domingo, 18 de enero de 2015
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samuelLeído en el blog de Xabier Pikaza:

Domingo 2, tiempo ordinario. Ciclo B. 1 Sam 13; Juan 1, 35-42. El texto del evangelio es muy bello, pero hoy quiero comentar la historia de la “vocación” de Samuel, con el juicio de Helí (=Elí), sacerdote.

La liturgia del día sólo cita una parte del texto (1 Sam 3,3b-10.19), y de esa forma mutila su sentido, entendiéndolo como escena piadosa de oración de un niño, pero el texto entero es más hondo y actual: ofrece, con la oración emocionada del niño/joven, el juicio y condena de una familia de “sacerdotes oficiales” que asumieron el poder para dominar al pueblo. Éstos son los dos o tres temas de nuestra historia:

Es la historia de Elí, con la caída de una fuerte dinastía de sacerdotes y políticos de Silo, que habían convertido su servicio en imposición sobre los pobres. En el fondo del pasaje hay otros matices, como el intento de explicar la “caída” sacral de Silo y la elevación de Jerusalén (que deberían matizarse históricamente), pero aquí sólo quiero recoger lo que dice actualmente el texto.

Es la historia de Samuel,el niño/joven que aprende a escuchar y actuar como profeta, para anunciar que Dios destruirá a los políticos/sacerdotes, iniciando un tiempo nuevo de palabra y salvación, precisamente desde ellos, desde los niños/jóvenes que escuchan de verdad la palabra de Dios. Volver a la Palabra de Dios, por encima de los poderes instituidos; éste es el mensaje del texto.

Este es un pasaje emocionante y durísimo; un idilio de ternura y un prodigio de dureza: Tiene que morir esta familia de antiguos sacerdotes de templo oficial (estos políticos, estos dictadores religiosos) para que empiece un tiempo de nuevos profetas, que escuchen de nuevo la gran Palabra de Dios.

Por eso quiero comentar el texto entero (1 Sam 3, 1-21). Evidentemente, tiene otros matices místicos, poéticos, sociales y religiosos, pero aquí me centro en la relación entre Elí/Samuel y Dios. No hará falta decir que este pasaje puede y debe aplicarse (sin gran esfuerzo) a nuestra situación, en la Iglesia y el mundo. Dejo las conclusiones para los lectores; buen fin de semana a todos ellos

Texto

2877909416_56d875841e1) Introducción:

El joven Samuel servía a Yahvé bajo el cuidado de Elí. En aquellos días la palabra de Yahvé era rara y no eran frecuentes las visiones.
Un día estaba Elí acostado en su habitación; se le iba apagando la vista y casi no podía ver. Aún ardía la lámpara de Dios y Samuel estaba acostado en el templo de Yahvé donde estaba el Arca de Dios.

2) Tres llamadas. Aprender a escuchar

a) Y Yahvé llamó a Samuel y él le respondió: – ¡Aquí estoy! Y corrió a donde esta Elí y le dijo: -¡Aquí estoy! (aquí vengo) porque me has llamado. Y le respondió:- No te he llamado. Vuelve, acuéstate. Y se acostó.

b) Y Yahvé volvió a llamar otra vez a Samuel; y Samuel se levantó y fue a adonde estaba Elí y le dijo: -(Aquí estoy! (Vengo) porque me has llamado. Y le respondió: -¡No te he llamado, hijo mío! Vuelve, acuéstate. Y Samuel no conocía aún a Yahvé, pues no se le había revelado la palabra de Yahvé.

c) Y por tercera vez llamó Yahvé a Samuel y se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: -Aquí estoy! (Vengo) porque me has llamado. Y comprendió Elí que era Yahvé quien llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel;-Vete, acuéstate. Y si alguien te llama responde: ¡Habla, Yahvé, que tu siervo escucha!

3) Palabra de Yahvé.. Condena de Elí, sacerdote y político

Y vino Yahvé y haciéndose presente le llamó las otras veces:
-¡Samuel, Samuel!
Y Samuel respondió: -¡Habla, que tu siervo escucha! Y dijo Yahvé a Samuel: -Mira, yo voy a hacer en Israel una cosa (= un palabra) que a todos los que la oigan les retumbarán los oídos. Aquel día haré que venga contra Elí y contra su familia todo lo que he dicho sin que falte nada.
Comunícale a Elí que yo condeno a su familia para siempre, por el pecado de saber que sus hijos se estaban envileciendo y no habérselo impedido. Por eso juro a la familia de Eli que jamás se expiará su pecado, ni con sacrificios ni con ofrendas.

4. Diálogo con Elí y conclusión

Se acostó Samuel hasta la mañana y (entonces) abrió las puertas de la casa de Yahvé Tenía miedo de contar su visión a Elí. Y Elí le preguntó a Samuel: -Samuel, hijo mío! Y le respondió -¡Aquí estoy! Y le preguntó: – ¿Cuál es la palabra que te han dicho? No me ocultes nada. Así empiece a castigarte Dios y así prosiga si me ocultas una sola palabra de todas las que te han dicho!

Y Samuel le contó todas las cosas; nada le ocultó.
Y Elí dijo: ¡Es Yahvé! Que haga lo que le parece bien.
Samuel crecía y Yahvé estaba con él y no dejó de cumplirse ninguna de sus palabras. Y todo Israel supo, desde Dan hasta Berseba, que Samuel había sido acreditado como profetas de Yahvé.

El niño profeta en el templo.

Conforme a los textos de las vocaciones de Isaías (Is 6) y Jeremías (Jer 1), el profeta es un hombre o mujer que escucha y transmite la Palabra, para anunciar al pueblo un juicio destructor que, paradójicamente, acabará teniendo forma salvadora. Sobre ese modelo han compuesto y recreado los autores de la Biblia Hebrea otras llamadas como las de Abrahán (Gen 12) y Moisés (Ex 3-4) . Ahora evocamos la de Samuel que refleja de forma insuperable el proceso de escucha, educación y juicio del profeta. Estos son los personajes. Elí, sacerdote de Silo, y Samuel, un muchacho.

Con el título de el niño (o pequeño) Samuel se ha popularizado esta escena. Pero Samuel no es un niño sino un joven (na’ar: 1 Sam 3,1): ha entrado en la adolescencia, sin alcanzar aún la madurez (puede estar entre los 15 y 25 años) . El texto dice que sirve (mesaret) a Yahvé, como criado o ministro del sacerdote en las tareas del culto: duerme en el templo (hekal: 3,3) y cuida su lámpara hasta entrada la noche; a la mañana abre sus puertas (6,15); evidentemente vela por el orden de la Casa. Elí, el anciano sacerdote, liturgo de una vieja dinastía corrompida (cf 1Sam 2,11-36 ), casi ciego, y Samuel, el joven servidor que aprende a escuchar la voz de Dios educándose en el templo (3,2. 7), son protagonistas de la escena.

1) Introducción (1 Sam 3,1-3).

Comienza presentando a los personajes (3,1a) y añade: era rara la palabra (dabar) y la visión (hazon) de Yahvé. Silencio y oscuridad dominaban en el mundo del anciano sacerdote ciego. Es como si la lámpara de Dios fuera a extinguirse y todo el pueblo terminara a oscuras con Elí ya retirado en sus habitaciones. Leer más…

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Primer profeta y primeros discípulos. 2º domingo. Ciclo B

Domingo, 18 de enero de 2015
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seguimiento2Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El domingo pasado leímos el relato del bautismo. Si hubiéramos seguido con el evangelio de Marcos, lo siguiente serían las tentaciones de Jesús. Pero, en un prodigio de zapping litúrgico, cambiamos de evangelio y leemos el próximo domingo un texto de Juan. El cuarto evangelio no cuenta el bautismo de Jesús. Pero sí dice que fue a donde estaba Juan bautizando, y allí entró en contacto con quienes más tarde serían sus discípulos. Para ambientar este episodio, y con fuerte contraste, la primera lectura cuenta la vocación de Samuel.

La vocación de un profeta

            Samuel no es el primer profeta. Antes de él se atribuye el título a Abrahán, y a dos mujeres: María, la hermana de Moisés, y Débora. Pero el primer gran profeta, con fuerte influjo en la vida religiosa y política del pueblo, es Samuel. Por eso, se ha concedido especial interés a contar su vocación, para darnos a conocer qué es un profeta y cómo se comporta Dios con él.

Lectura del primer libro de Samuel 3, 3b-10. 19

En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió:

̶  Aquí estoy.

Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo:

̶  Aquí estoy; vengo porque me has llamado.

Respondió Elí:

̶  No te he llamado; vuelve a acostarte.» 

Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel.  Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: 

̶  Aquí estoy; vengo porque me has llamado. 

Respondió Elí:

̶  No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.

Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.  Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo:

̶  Aquí estoy; vengo porque me has llamado.

El comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel:  

̶  Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: “Habla, Señor, que tu siervo te escucha”

Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes:

̶  ¡Samuel, Samuel!

Él respondió:

̶  Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.

            Quien sólo lea este episodio conocerá muy poco de Samuel: que es un niño, está al servicio del sumo sacerdote Elí, y duerme en la habitación de al lado. No sabe que su madre lo consagró al templo de Siló desde pequeño, y que, más tarde, en virtud de su vocación profética, jugará un papel capital en la introducción de la monarquía en Israel y en la elección de los primeros reyes, Saúl y David.

            Curiosamente, el relato nos ofrece más datos a propósito de Dios. Se revela como un Dios que elige a un tipo de hombre concreto, el profeta, para transmitir su voluntad. Al mismo tiempo, se revela como un ser extraño, desconcertante, que parece jugar al ratón y al gato, haciendo que el niño se levante tres veces de la cama antes de hablarle con claridad.

            Finalmente, ese Dios que se muestra cercano al profeta, que lo acompaña de por vida, se revela también como un ser exigente, casi cruel, que le encarga al niño una misión durísima para su edad: condenar al sacerdote con el que ha vivido desde pequeño y que ha sido para él como un padre. Esto no se advierte en la lectura de hoy porque la liturgia ha omitido esa sección para dejarnos con buen sabor de boca.

            En resumen, la vocación de un profeta no sólo le cambia la vida, también nos ayuda a conocer a Dios.

La vocación de los discípulos

            La liturgia vuelve a usar la tijera para mutilar el texto del cuarto evangelio. En él se cuenta cómo entran en contacto con Jesús cinco discípulos: Andrés y otro no mencionado (generalmente se piensa en Juan), Simón Pedro, Felipe y Natanael, Por desgracia, se ha suprimido lo referente a Felipe y Natanael.

Lectura del evangelio según san Juan 1, 35-42

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:

̶  Éste es el Cordero de Dios.

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:

̶  ¿Qué buscáis?

Ellos le contestaron: 

̶  Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?

Él les dijo: 

̶  Venid y lo veréis.

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:

̶  Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:

̶  Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).

            El contraste con la vocación de Samuel es enorme. Aquella ocurre en el santuario, de noche, con una voz misteriosa que se repite y un mensaje que sobrecoge. Aquí todo ocurre de forma muy humana, muy normal: un boca a boca que va centrando la atención en Jesús, cuando no es él mismo quien llama, como en el caso de Felipe. Y las reacciones abarcan desde la simple curiosidad de los dos primeros hasta el escepticismo irónico de Natanael, pasando por el entusiasmo de Andrés y Felipe.

Dos datos comunes

  1. En ambos relatos, la vocación cambia la vida. En adelante, “el Señor estaba con Samuel”, y los discípulos estarán con Jesús. Este cambio se subraya especialmente en el caso de Pedro, al que Jesús cambia el nombre en Cefas. Lo que significará este cambio no lo descubre el lector hasta que termina de leer el cuarto evangelio. Igual que Samuel quedaba plenamente al servicio de Dios, Pedro y los otros quedan al servicio de Jesús.
  2. La vocación revela a Dios en el caso de Samuel, y a Jesús en el caso de los discípulos. Cada vocación aporta un dato nuevo sobre la persona de Jesús, como distintas teselas que terminan formando un mosaico: Juan Bautista lo llama “Cordero de Dios”; los dos primeros se dirigen a él como Rabí, “maestro”; Andrés le habla a Pedro del Mesías; Felipe a Natanael de aquel al que describen Moisés y los profetas, Jesús, hijo de José, natural de Nazaret; y el escéptico Natanael terminará llamándolo “Hijo de Dios, rey de Israel”.

Un compromiso para nosotros

La liturgia nos sitúa al comienzo de la actividad de Jesús. Lo iremos conociendo cada vez más a través de las lecturas de cada domingo. Pero no podemos limitarnos a un puro conocimiento intelectual. Como Samuel, como los discípulos, tenemos que comprometernos con Dios, con Jesús.

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“Las caricaturas de Mahoma: provocación e irresponsabilidad”, por Juan José Tamayo

Domingo, 18 de enero de 2015
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MaomeIlustración del siglo XV de una copia de un manuscrito de Al-Biruni que representa a Mahoma predicando El Corán en La Meca.

Leído en la página web de Redes Cristianas

El Papa dice que “no se puede provocar” ni “ofender” a la religión

Difundimos este artículo de Juan José Tamayo, publicado en El Correo el 9 de Febrero de 2.006 porque el fondo de lo que en él se manifiesta, sigue teniendo plena actualidad después de los últimos sucesos acaecidos en Francia. (Redacción de RR.CC)

En Europa hay una ignorancia enciclopédica sobre el Islam. Apenas se sabe nada de dicha religión, y lo que se sabe es deformadamente. Más que con información objetiva se opera con estereotipos que no resisten la prueba de la historia, y con descalificaciones gruesas y viscerales que están en proporción directa con el desconocimiento. Tal situación se explica, al menos en parte, por una carencia grave en el sistema educativo de algunos países europeos: no haber estudiado las ciencias de las religiones, y más en concreto la historia de las religiones, que da cuenta de éstas como caudal de sabiduría y de cultura, pero también como fuente de violencia y expresión del fanatismo y la irracionalidad.

Suele acusarse al Islam de ser una religión integrista y fundamentalista en su totalidad, cuando el fundamentalismo es una desviación o, peor todavía, una perversión, y no pertenece a su esencia, aunque tenga algunos rasgos de ese tipo, como sucede en todas las religiones y en otras manifestaciones culturales, sociales, económicas y políticas, que tienden a absolutizar lo relativo, universalizar lo particular, simplificar lo complejo, eternizar lo histórico, visualizar lo invisible y explicar lo inexplicable, es decir, el misterio.

Se entiende y se traduce la palabra yihad, de manera errónea, por Guerra Santa contra los infieles y se la considera uno de los pilares del Islam. Sin embargo, el significado primero de esa palabra es esfuerzo por conseguir una vida espiritual perfecta y luchar contra el egoismo. Ésa es el gran yihad a la que llama Al-lah a través del mensaje del Profeta, el más difícil de cumplir y el que logra una recompensa mayor. Está, luego, el pequeño yihad, que consiste en el trabajo misionero para la extensión del Islam y en la lucha por defenderse de quienes obstaculizan la práctica de dicha religión. El Yihad como Guerra Santa no es un pilar del Islam, si bien lo tienen por tal los movimientos fundamentalistas radicales que recurren a la violencia, hoy en auge. En consecuencia con esta idea del Islam se tiende a presentar a Mahoma como visionario fanático y guerrero como rasgos más destacados de su personalidad sin hacer referencia a su experiencia mística, a su honestidad personal y a su sentido caritativo, tal como subraya Karem Armstrong en Mahoma. Biografía del Profeta (Tusquets Editores, Barcelona, 2005).

La publicación, por el diario danés Jyllands-Postern en septiembre de 2005, y su reproducción por la revista cristiana noruega Magazinet y por varios medios de comunicación europeos unos meses después, de unas caricaturas que presentan Mahoma como guerrero y terrorista suicida, de muy mal gusto y nula calidad, vienen a confirmar los estereotipos peyorativos sobre el Islam. Esta publicación me parece un uso irresponsable de la libertad de expresión y de prensa, y una provocación para el mundo islámico. Provocación que puede hacer descarrilar las iniciativas políticas de paz llevadas a cabo por algunos organismos internacionales y por gobiernos democráticos de Occidente y del mundo musulmán, como España y Turquía, que han copatrocinado la Alianza de Civilizaciones, y cuyos presidentes Rodríguez Zapatero y Erdogan están haciendo estos días llamadas a “oír la voz de la razón”, al respeto y a la calma.

El problema no es la legalidad o no de la publicación de las caricaturas, sino su moralidad. Coincido con los dos dirigentes políticos en que la publicación “puede ser perfectamente legal, pero puede ser rechazada desde el punto de vista de la moral y de la política”, porque “no hay derecho sin responsabilidad y respeto a las diferentes sensibilidades”. Es posible que los responsables del periódico danés no calcularan bien los riesgos que las caricaturas pudieran tener en la escena política internacional, donde, en un momento de tanta tensión, hay que operar con suma prudencia. Pero lo cierto es que pueden hacer fracasar las numerosas propuestas de diálogo entre culturas que se llevan a cabo en los diferentes foros continentales, regionales y locales, a partir del principio de la interculturalidad.

Creo, igualmente, que es una irresponsabilidad que puede arruinar los excelentes resultados que hasta el presente están dando las múltiples plataformas de diálogo interreligioso, para retroceder a la época de las guerras de religiones, que creíamos ya superada. Amparándose en la libertad de expresión, que es un derecho irrenunciable, se ha demonizado al fundador del Islam, una religión con 1200 millones de seguidores y seguidoras. Demonización que refuerza la creciente islamofobia instalada en la población occidental.
A su vez, las reacciones violentas de un sector creciente del mundo integrista islámico, a las que se han sumado algunos gobiernos musulmanes, constituyen una respuesta totalmente desproporcionada con claros tonos de fanatismo, que nada tiene que ver con la esencia del islam.

Estas reacciones ya se han cobrado varios muertos por la quema de embajadas y por las agresiones contra ciudadanos europeos y amenazan con convertirse en una espiral de violencia, que es necesario detener antes de que desemboquen en un baño de sangre. Nada tienen que ver estos comportamientos violentos en masa con la actitud del Profeta, quien al comienzo practicó el principio evangélico de poner la otra mejilla. Ante las persecuciones, torturas y vejaciones de que fueron objeto los musulmanes en la Meca al principio, éstos le pedían autorización al Profeta para defenderse, y la contestación del Profeta era: “No se me ha ordenado combatir”. La respuesta a una mala acción tiene que ser una acción buena. Al mal se le repele no con el mal, sino con el bien, más aún, “con algo que sea mejor”. Con ese modo de actuar el enemigo “se convertirá en amigo ferviente” (13,22; 23,96; 28,54; 41,34

De nuevo se vuelve a utilizar a las religiones como líquido inflamable que puede terminar convirtiendo el mundo en un coloso en llamas. Se trata, a mi juicio, de una estrategia perfectamente calculada por parte de los sectores extremistas del mundo musulmán y de Occidente que pretende dar por válida la teoría del choque de civilizaciones, de Huntington -cuando en realidad es una construcción ideológica del Imperio para seguir manteniendo el control del mundo- y la idea también huntingtiniana, de que “el islam es la civilización menos tolerante de las religiones monoteístas”, cuando el judaísmo, al menos el de Sharon, y el cristianismo, al menos el de Bush, están demostrando también su carácter violento a diario.

La alternativa frente a la estrategia destructiva del choque de civilizaciones y de la guerra de religiones no puede ser otra que una alianza de civilizaciones, culturas y religiones, con el compromiso de hacer la realidad los Objetivos del Milenio. Es necesario luchar contra la pobreza, que afecta a más de dos terceras partes de la humanidad y constituye el principal desafío de nuestro tiempo para construir un mundo interreligioso, intercultural e interétnico donde la diferencia en las creencias no sea motivo de enfrentamiento sino de pacificación, el diálogo entre religiones sustituya al anatema y las jerarquizaciones entre las culturas se transformen en interculturalidad.

Juan José Tamayo es Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de “Diez palabras sobre Paz y violencia en las religiones” (Verbo Divino, Estella, 2004)
(EL CORREO, 9 de febrero de 2006)

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¿El lugar donde Pilatos juzgó a Jesús?

Domingo, 18 de enero de 2015
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1-jesus-before-caiaphasUn antiguo palacio de Herodes

Descubrimiento del arqueólogo estadounidense Shimon Gibson

(Valores Religiosos).- Un grupo de arqueólogos localizó una prisión en el lugar donde, según creen, pudo haber sido sometido a juicio y condenado a muerte Jesús. Se trata de un palacio en la zona oeste del centro histórico de Jerusalén donde, según se cree, se situaba el palacio del rey Herodes durante el siglo I, según publica el diario estadounidense The Washington Post.

Según el profesor de arqueología de la Universidad de Carolina del Norte Shimon Gibson, el lugar donde habría tenido el juicio conforme al relato del Evangelio de San Juan “estaría cerca de una de las puertas de la ciudad y pavimentado con losas de piedra”, y añadió que “los detalles concuerdan con los descubrimientos arqueológicos que se realizaron cerca de la prisión”.

En la actualidad, la tradición sitúa el lugar del juicio de Jesús en un lugar conocido como “El empedrado” situado en la fortaleza Antonia (donde antiguamente había un cuartel militar) y, según se cree, el “praetorio” del procurador romano de entonces, Poncio Pilato, y cuyo pavimento coincide también con la descripción.

De hecho, quienes recorren la Vía Dolorosa por la que, según la misma tradición, Jesucristo partió del praetorio por las calles de Jerusalén hacia el monte Golgota (a las afueras de la antigua muralla) para ser crucificado, lo hacen actualmente desde ese lugar.

Sin embargo, “algunos afirman que dicho praetorio podría estar en el cuartel militar y otros creen que el general romano debía ser huésped en el palacio de Herodes“, donde se produjo el descubrimiento arqueológico, según explica Gibson.

 A juicio del arqueólogo estadounidense,hay pocas dudas de que el juicio tuvo lugar en algún punto del complejo del palacio de Herodes, aunque reconoce que “no hay ninguna inscripción que declare que ocurrió ahí”

“Pero todo -las fuentes evangélicas, históricas y arqueológicas- encaja y tiene sentido”, asegura. Aún así, los expertos consultados por el diario estadounidense consideran “poco probable” que se cambie la ruta de la actual Vía Dolorosa, pese a que, según el responsable de dirigir la excavación, el arqueólogo del distrito de Jerusalén Amit Reem, dicho recorrido varió a lo largo de la historia.

“En el período bizantino, por ejemplo, empezaba cerca del área donde ahora está el museo, en la parte oeste de la ciudad. No fue hasta el siglo XIII cuando se movió a la fortaleza Antonia, situada cerca de la mezquita de al-Aqsa y la cúpula dorada“, asegura Reem.

El hallazgo tuvo lugar durante las obras para expandir el Museo de la Torre de David, cerca de cual se sabe con certeza que se situaba el palacio del excéntrico rey judío, y que se alargó durante 15 años debido a la falta de financiación y las guerras.El hallazgo tuvo lugar durante las obras para expandir el Museo de la Torre de David, cerca de cual se sabe con certeza que se situaba el palacio del excéntrico rey judío, y que se alargó durante 15 años debido a la falta de financiación y las guerras.

Los arqueólogos localizaron el palacio y la prisión al derruir un edificio abandonado colindante con el museo y comenzar a extraer capas de suelo de un lugar donde antes se albergaban unas prisiones, durante la dominación del Imperio Otomano y, posteriormente, la del Británico.

Además de dicho palacio, las excavaciones sacaron a la luz otros descubrimientos como las inscripciones en las celdas de los judíos presos durante el conflicto en 1940 para crear el Estado de Israel, restos de industria textil de la época de los cruzados y un sistema de alcantarillado subterráneo que probablemente se situaba bajo el palacio de Herodes. “Es como una tarta que muestra todas las capas de Jerusalén”, según la directora del museo, Eliat Lieber.

De hecho, los responsables de dicha institución ya indicaron que están trabajando en nuevas guías del museo que expliquen la historia cristiana que podría albergar el lugar y, según su directora, confían en que “se convierta en un lugar de visita” para los turistas y peregrinos de dicha confesión.

Fuente Religión Digital

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Jiménez Losantos sobre el Papa: “Al infierno irá”

Domingo, 18 de enero de 2015
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Interesante artículo de Desiderio Parrilla Martínez que hemos leído en Religión Digital:

Le califica de “Papa peronista”

Los medios católicos no defienden a Francisco

El 17 de diciembre, coincidiendo con el 78 cumpleaños del Papa Francisco, se iniciaban las negociaciones del histórico acuerdo entre Estados Unidos y Cuba para levantar el embargo. Tanto Obama como Castro agradecieron de esta manera el papel jugado por la Santa Sede para el buen fin de las negociaciones.

Frente a esta buena noticia hubo sin embargo reacciones extemporáneas, que manifiestan el clima de odio que la ideología anti-católica, capitalista y neoliberal, pretende mantener contra el pontificado del papa Francisco.

Hubo incluso ataques personales contra el propio papa. Y un silencio significativo por parte de 13TV o la prensa católica contra estos ataques, así como de otros medios conservadores que una vez más no salieron en defensa del papa Bergoglio. En España, cabe destacar la invectiva del periodista Federico Jiménez Losantos, quien motejó al papa de “papa peronista” o se atrevió a afirmar: “pues al infierno irá”.

Aplicando el principio “en favor del reo”, interpretamos que esta expresión no recoge el deseo de Jiménez Losantos de que el papa “se pudra en el infierno”, ya que el periodista es ateo, además de neoliberal, y no cree en los Novísimos. Pero su acusación de que “Francisco I es un papa peronista” es un juicio que merece comentario aparte, porque supone una afirmación que no requiere del auxilio de la gracia para refutarse, y además es un juicio palmariamente falso.

El juicio verdadero sería afirmar que “el papa Francisco es un papa católico”, no un “papa peronista”, dado que su teología política es netamente católica, frente a la teología política anticatólica del neoliberal Jiménez Losantos, y de otros medios conservadores.

De hecho, podríamos completar el juicio anterior para adecuarlo todavía más a la realidad y afirmar que la teología política del Papa Francisco es la teología política católica de tipo hispana, en su forma de “teología popular”, que nació precisamente como superación de la teopolítica peronista que le precedía. Desarrollemos las premisas de esta afirmación para mostrar la verdad de nuestro juicio.

Desde el 13 de marzo de 2013 la teología argentina ha estado en el centro del interés internacional. El Papa Francisco quizá no sea su teólogo más importante, aunque ciertamente ha sido uno de sus predicadores más destacados gracias a su acción pastoral como obispo de Buenos Aires, y la ha ofrecido al mundo en su exhortación apostólica “Evangelii gaudium”. El Papa emplea el término “pueblo” en 164 ocasiones: el sustantivo más utilizado de todo el documento. El Papa recurre a esta noción teológica como solía hacer en Buenos Aires, haciéndose eco de uno de los conceptos claves de la llamada “Teología del pueblo” o “Teología popular” argentina.

Esta “Teología del pueblo” es uno de últimos avatares que el modelo teopolítico hispano clásico ha desarrollado en la sociedad de nuevo régimen. En su origen tiene la virtud de ser un intento de superar el conflicto entre la teocracia eclesiástica y cierto cesaropapismo estatal infiltrado en las filas del peronismo argentino. Esta Teología popular surgía para solventar las anomalías que desencadenaron el conflicto trágico de hegemonía vivido en Argentina en los años 1954 y 1955 entre el movimiento Justicialista y la Iglesia católica.

El peronismo se manifestó entonces como un modo hispánico de ejercer la teología política, con aciertos indiscutibles y con evidentes errores, pero chocó con la limitación que imponía una Iglesia nacional que no compartía esta tradición hispánica en modo alguno. A esta hierocracia militante de la Iglesia argentina hay que sumar, por supuesto, las propias limitaciones del modelo teopolítico peronista, que contribuyó en igual medida a desencadenar aquellos lamentables acontecimientos que esperamos nunca vuelvan a repetirse.

Es bien sabido que de este conflicto sangriento surgieron en Argentina dos corrientes antagónicas: una derecha teopolítica que esgrimía una teocracia desarrollista, neoliberal, de Nueva Cristiandad que se enfrentaba a su vez contra una izquierda teopolítica que se polarizó en torno al modelo liberacionista de esta misma neocristiandad.

El programa teopolítico de la “Teología populista” resulta crucial porque fue un intento de resolver tanto los problemas que originaron el conflicto entre el peronismo y la Iglesia en 1955 como los conflictos que surgieron a raíz de resolver este conflicto histórico: por un lado, la reacción derechista de las dictaduras y, por otro, la deriva neomarxista de los montoneros.

La Teología del Pueblo es, por tanto, una forma de hispanismo teopolítico más refinado que el peronismo precedente. Pero es mucho más que eso, ya que supuso el establecimiento de una tercera vía para superar la falsa dicotomía establecida en Argentina desde 1955 entre el liberalismo y el marxismo. Esta superación le permitió disolver la aporía en que degeneró el modelo de Nueva Cristiandad sin tener que abandonar los presupuestos del modelo hispánico, ya implícitos en el movimiento peronista previo al conflicto. Leer más…

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Iglesias convertidas en pubs, pistas de patinaje, tiendas… o escuelas de circo

Domingo, 18 de enero de 2015
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iglepub2_560x280Una iglesia, transformada en un pub

El desuso de los templos obliga a su venta en Alemania, Irlanda, Inglaterra o Países Bajos

El número de musulmanes en Europa llegará al 8% en 2030, según el Washington Pew Research Center

Una iglesia transformada en una pista de patinaje. Eso es lo que ocurre en uno de los cientos de templos vacíos en tierras europeas. Entre las paredes de la iglesia de San José se encuentran skaters que utilizan el espacio que un día acogió a miles de fieles. ¿Qué hacer con esos edificios en desuso? Ponerlos en venta.

Un ejemplo es esta iglesia, que aún es propiedad de la Iglesia Católica Romana. Está en venta pero el precio es inasumible, al igual que el mantenimiento, recoge The Wall Street Journal. De hecho, ya empieza a ser un problema para los gobiernos.

escuela-de-entrenamiento-circense-en-edimburgoEscuela de entrenamiento para el circo

Pero no es el único caso de iglesia transformada en otra cosa que nada tiene que ver con la religión. Casa, tienda de ropa, supermercado, floristería, escuela de entrenamiento para el circo y hasta un pub al estilo Frankestein son algunos ejemplos, el último en Edimburgo (Escocia), del nuevo uso dado a estos lugares.

Y así se repiten los casos de edificios que un día fueron centros neurálgicos de las comunidades por un continente cada vez menos practicante por el debilitamiento de la fe cristiana. Mientras, el judaísmo ortodoxo, predominante en Europa, se ha mantenido estable y el Islam va en aumento.

Según el Washington Pew Research Center (centro de investigaciones) el número de musulmanes en Europa creció de un 4,1% en 1990, cerca de 6% en 2010 y se proyecta que llegará al 8% en el año 2030, esto es 58 millones de personas.

Cerca de 20 iglesias al año se cierran en Inglaterra. 200 de estos templos daneses están considerados como inviable o infrautilizados. 515 se han cerrado en Alemania en la última década... Pero los datos de los Países Bajos son los más llamativos: según WSJ, los líderes católicos romanos del país estiman que dos tercios de sus 1.600 iglesias estarán fuera de servicio en la próxima década. También se espera que 700 de iglesias protestantes de Holanda cierren de aquí a cuatro años.

EEUU, de momento, no ha entrado en esta espiral de cierre de templos cristianos pero se estima que siga el mismo camino que Europa en los próximos años.

Fuente Religión Digital

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