El 61.7% de  los oficiales  de Puerto Rico consideran la homosexualidad como una enfermedad. El 22.5% prefiere no atender casos por violencia doméstica, mientras que un 74.2% admite haber tomado represalias contra una persona de la comunidad LGTBI por haber denunciado un abuso policial. Son los resultados de un estudio encargado por las administración de Puerto Rico. 

La ausencia de información en materia de derechos humanos y diversidad sexual en los distintos cuerpos policiales  del país  es una de las causas que motiva la discriminación y abuso de estos funcionarios hacia la población LGTBI, según ha indicado la viceministra de gobernación, Carmen Muñoz, el  estudio servirá de herramienta para fortalecer su cartera.

La aceptación  de las situaciones de discriminación  tiende a ser superior  entre los oficiales de Tránsito de las afueras del Valle Central y en las personas con menor nivel educativo.

Fuente Ociogay